Somos millones en esta isla errónea y apenas alguno sabe que llevamos vidas de náufrago

domingo, 15 de octubre de 2017

Clavos



Forzados, doblados, cercenados. Relevados de su función. Los humildes clavos ven la luz tras doscientos o trescientos años empotrados en las recias y resecas maderas de una techumbre ahora derrocada.

Otro será el tejado y otros clavos fijarán vigas más recientes, pero mientras rescato cada uno de estos tachones férreos me descubro en otra mirada, en otro tiempo, con ojos nuevos, observando casi intacto el mismo paisaje de hoy.

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