Somos millones en esta isla errónea y apenas alguno sabe que llevamos vidas de náufrago

sábado, 27 de mayo de 2017

En volandas

   Un cumple más.



Donde el paso es tranquilo
y la calma decidida,
ella me lleva en volandas,
donde posa la corriente
o el pulso se atenúa,
donde se demora la vida
y el viento se detiene,
me lleva en volandas.
Ella me lleva en volandas
a cualquier batalla
que tengamos que librar
y también al amparo
donde convoca los sueños.

martes, 23 de mayo de 2017

La Isla del Tesoro I


Voy a iniciar aquí un repaso a la multitud de ejemplares que voy reuniendo de La Isla del Tesoro y que hacen que esta misteriosa isla corra el peligro de convertirse en un imenso archipiélago.

Ya hace tiempo en este mismo blog comenté someramente la "extraña" razón que me ha llevado a acumular a lo largo de los años tantos volúmenes de la iniciatica novela del querido Stevenson. Se puede leer pinchando aquí: http://lanubeenlaboca.blogspot.com.es/2012/04/los-inutiles-libros-de-mi-vida.html

En los últimos días me han llegado dos ejemplares más por razones onomásticas. El primero de ellos, éste en castellano, editado por "Libros del zorro rojo" (http://librosdelzorrorojo.blogspot.com.es/), una maravilla que incluye unas hermosísimas e inquietantes ilustraciones de Ralph Steadman, además de una cita de Jorge Luis Borges en la contraportada que comparto completamente.


Leer La Isla del Tesoro es una de las formas de la felicidad.

                           Jorge Luis Borges

Aula Poética José Luis Hidalgo


Sábado, 20 de mayo de 2017. Torrelavega.
Raquel me remite alguna fotografía del recital poético que celebramos el pasado sábado en Torrelavega.
Un disfrute.
Siempre es agradable para mí recalar en la ciudad del Besaya y además en buena compañía.

lunes, 22 de mayo de 2017

Devolver el golpe

Lo más entretenido ha sido la cara de pasmo, o de haberse tragado un sable, de Susana. Y también imaginarme la de los supertacañones, esos que están en el Olimpo de las promesas incumplidas por el PSOE y que desde su posición se entregan a la intriga a poco que el muñeco se desvíe. Tampoco ha estado mal la dimisión del portavoz parlamentario, ese muchacho que puede decir “digo” o “diego” según la mano negra que le dé la cuerda. Roma, ya se sabe, no paga traidores. Y mentiría si dijera que no me gustaría haber visto la reacción de ese triste que preside la querida Asturias, pero eso ya habría sido demasiado regocijo para un día. Y luego está lo del amigo Patxi, un tipo que hasta el momento me caía relativamente bien y aún no sé a qué carta quedarme, pero que me da en la nariz que jugaba el papel del tapado que le iba a quitar votos en el norte, donde no llega aún el “encantamiento” de la lideresa del sur, al sorprendente ganador. Y qué decir de él, el príncipe destronado, P.S. oeeee, oeeee, oeeee... Pero si han cantado La Internacional, y hasta he visto una tricolor. Joder, he estado a punto de emocionarme. Me encanta la alegría de los militantes, la verdad. Pero lo cierto es que es lo mismo que cuando ves a los hinchas de un equipo de fútbol que no tiene tus simpatías. Por ejemplo, ése que acaba de ganar la liga. Y dices, pero qué contentos están, y te alegras de que estén contentos, pero así como algo ajeno. Como que esa fiesta no va contigo.

domingo, 21 de mayo de 2017

José Luis Hidalgo

Ayer tuve la oportunidad de participar en un recital poético en Torrelavega, dentro de las jornadas que se realizan en el Aula Poetica José Luis Hidalgo. Un placer volver a recitar con Raquel Serdio y con Vicente Gutiérrez. Y mi agradecimiento a Rafael Fombellida y Carlos Alcorta, encargados del acto, por acordarse de mí para este evento.
Esta circunstancia me permitió volver sobre los versos de un poeta que desapareció demasiado joven, pero que sorprende vivamente por su hondura y su madurez. En estos casos no queda más remedio que pensar hasta dónde habría llegado en su quehacer poético sin su muerte tan prematura.

Añado mi pequeña intervención  de ayer  a este respecto.

"Hacía tiempo que no regresaba a la poesía de José Luis Hidalgo, enfrascado en otros poetas cotidianos, pero en estos días he vuelto, cosa que tengo que agradecer, y mucho, a esta cita de hoy. Y al detenerme en sus poemas, para seleccionar alguno de ellos como lectura en esta jornada, he vuelto también a su corta vida y a su temprana muerte.

Según leo fue maestro, fue pintor, soldado censor de muertos y poeta.

Y con todo ello, se diría que José Luis Hidalgo, sobre todo, fue en sí mismo una obra sin terminar o un hermoso boceto. O tal vez un poema inacabado, una suerte de versos que se deben añadir a ése, su último libro. Una desgraciada muerte entre los muertos que en su libro se suceden.

Si Cesar Vallejo auguraba en un poema que “un día (del que ya tengo el recuerdo) me moriré en París con aguacero”, José Luis Hidalgo, en una pavorosa carambola, iba más allá y se convertía en el último poema de su libro “Los muertos”. Con ello, y desde luego junto a la alta calidad de su verso, se encumbró en ese parnaso especial de los poetas que murieron demasiado pronto. A ellos la muerte les cercenó la obra que no nos pudieron legar y a nosotros nos abandonó en  la nostalgia".

jueves, 18 de mayo de 2017

El ruido de la noche



Era el sonido alado
que despedía la luna.
Era la alarma de los perros
en el trance de perder los sueños.
Era el vértigo
con el que se desplomaba la luz.
Era el mar,
el rumor del aire,
un parpadeo,
el lastre abandonado de las nubes.
Era todo eso,
y era el silencio
que no recuerdo.
El ruido de la noche
y el sigilo
con el que me despertabas
para morirme un poco
en tus brazos.

sábado, 13 de mayo de 2017

Calma



Y en el reposo mirar el mar,
detener los ojos en el reverso de la ola,
seguir el vuelo del cormorán,
la falsa calma de las gaviotas,
dejar pasar el tiempo
mientras escucho crecer la hierba
o el rítmico corazón de las mareas.

viernes, 12 de mayo de 2017

Vacas



No sé la razón por la que me vienen a la memoria los días en los que acompañábamos al abuelo en la procesión que suponía llevar y traer a las vacas desde los prados a la cuadra o al bebedero. Armados íbamos con nuestro palo de avellano como arma disuasoria contra unos animales para los que, de puro nobles, era extraño cualquier desmande. A veces nos miraban con sus ojos acuosos, en los que bailaban un vals las moscas, y luego proseguían el camino mientras meneaban el rabo espantador o dejaban caer una plasta al suelo, que intentábamos evitar con esa aprensión tan tonta que, para general carcajada de los chavales del pueblo, lucíamos los niños de ciudad.

martes, 9 de mayo de 2017

Gatos y cebras

Acabo de ceder la vez a un gato que cruzaba tranquilamente por un paso de cebra.
El conductor que venía de frente un rato me miraba a mí y otro miraba al gato.

sábado, 6 de mayo de 2017

Añicos

Ahí sigo. Un tipo resistente. 
Hoy hago "añicos".
Y tal cual.