Somos millones en esta isla errónea y apenas alguno sabe que llevamos vidas de náufrago

domingo, 29 de marzo de 2015

Desnaturalizados

                      Otxandio (Bizkaia)

Los ejemplos son muchos. Y cada vez que me encuentro con ellos me llevan los demonios. Sobre todo cuando en las cercanías aparecen como setas en otoño nuevas construcciones sin orden ni concierto. 
Cierto es que la crisis frenó el ímpetu depredador de los levantadores de adosados, pero eso no significa, ni mucho menos, que los intereses y los interesados no estén agazapados a la espera de que fluya nuevamente el crédito.
Mientras tanto, ahí está, muerta de necesidad la historia civil y el patrimonio de nuestro entorno.
Y nosotros, como hijos desnaturalizados, mirando para otro lado.

sábado, 28 de marzo de 2015

Ganemos

Dicen que ganar es la hostia. Pero también es cierto que nadie disfrutaría más de ello que los que pierden de forma habitual. Y, como tenemos amplios conocimientos sobre la derrota en todos sus puntos cardinales, nadie como nosotros para estar aquí.
¿Donde? ¿En la victoria? No.
En la pelea. 

http://ganemosjuntos.org/

miércoles, 25 de marzo de 2015

Deshaucio

    Otxandio (Bizkaia)


Caen las tejas, las vigas y los techos,
caen las paredes de ladrillos en carne viva,
desaparecen las puertas, las ventanas, el fuego del hogar,
desaparece el rumor de los pasos y las voces.
Y cuando ya no queda nada, y la casa es un llano sin historia,
quedan aún los cimientos de aquello que se resiste a morir.

lunes, 23 de marzo de 2015

En el taller

Acudo durante tres días a un taller de escritura con bastante curiosidad. Y reconozco que me lo he pasado bien. Al final se nos pide, como ejercicio, la descripción de un personaje a través de su casa o de los objetos que hay en ella. Y éste es el resultado antes de las correcciones de la puesta en común:


Mi casa, para que nos vamos a engañar, es un lugar de dinero. Es moderna y muy funcional. Ya saben: pocos objetos y muchos cristales. Si algo tuviera que decir en su contra es que, tal vez, sea un poco pequeña, pero para mí solo no necesito más. En un habitáculo tengo todo lo imprescindible, porque hay que ver cómo es la imaginación del ser humano. Que alcoba, pues alcoba. Si necesito comedor, tengo comedor. Pero, eso sí, para orinar salgo a la calle, que no hay nada más gratificante que abrirse la bragueta mirando a las estrellas.

Hasta espejo para acicalarme tengo cuando me asomo a la pantalla del cajero.

Si lo desean, otro día puedo hablarles de mi vivienda de verano. También es de mucha pasta. "El banco del parque" la llamamos.

viernes, 20 de marzo de 2015

La Memoria

Por motivos personales la semana pasada visitamos el Memorial que se encuentra a la entrada del cementerio de Amorebieta. En él, únicamente, una sorprendente e inapropiada cruz de madera basta sobre un perímetro de hierba. No hay más. Ni placas, ni flores, ni mensajes. Pero está ahí y es memoria. Bajo tierra, un número incontable de muertos que defendieron el Frente Norte contra el avance de las tropas fascistas sobre el Cinturón de Hierro de Bilbao durante la Guerra Civil. Gudaris vascos, Brigadas asturianas, montañesas, voluntarios de León... Combatientes, en muchos casos anónimos, que cayeron en los cercanos montes y fueron evacuados al Hospital de Sangre que se creó en la localidad.   

miércoles, 18 de marzo de 2015

Librería 59

    Montevideo (Uruguay)

lunes, 16 de marzo de 2015

Volver a las andadas (o como mear sin echar ni gota)

No me he parado a mirar a qué presidente norteamericano se le atribuye la frase de "es un hijoputa, pero es nuestro hijoputa" refiriéndose al dictador nicaragüense Anastasio Somoza, pero la historia se repite como el ajo.
Los encargados del gobierno norteamericano, que siempre han sido unos pragmáticos (aparte de otras cosas), han concluido por fin que Bashar al Asad, el presidente de Siria, será un dictador, pero puede ser de nuevo su dictador. Después de una ingente cifra de muertos y de damnificados, a los que por desgracia en mis pesadillas pongo rostro, entre la población de Siria, por una guerra miserable y cruelmente artificial (aunque todas lo son), ahora los estadounidenses se han dado cuenta, en una nueva ocasión, de que más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer. Dejan en la cuneta, oreandose, a los muertos y a los heridos, a los desplazados y a los refugiados. Dejan en la cuneta a la extraña oposición democrática a la que tanto alentaron, y se centran en los malos, malos, pero malos de verdad: Esos barbudos del Estado Islámico, que nacieron y crecieron en el revoltijo bélico y turbulento que ha creado tanto país democrático de pedigrí, con Estados Unidos e Israel a la cabeza y con Europa de comparsa, como siempre.  
Total: que, como tantas otras veces en tiempos pasados, han llegado a la conclusión de que, por mucho que se les haya ido la mano, más vale pactar lo que haga falta con dictadores reconvertidos por arte de magia en gente de orden, que vérselas a la brava  con esos bueyes almizcleros que van cortando cabezas a diestro y a siniestro mientras se leen un versiculito por aquí y una sura por acullá. Tan panchos, los cabrones. Los unos, los otros y los de más alá.

En Urkiola


Se arrepiente el invierno y su regreso nos sorprende en las faldas del Amboto, entre Vizcaya y Álava, dentro del Parque Natural de Urkiola. Apenas caminamos veinte minutos entre las hayas pálidas y fantasmales, con una temperatura casi asumible, pero con una humedad de mil demonios. No nos queda más remedio que imaginarnos las montañas a nuestro alrededor que, a veces, asoman entre la niebla, mostrando apenas durante unos minutos sus sombras de gigante.
Retirarse es, en muchas ocasiones, solamente una manera de volver. Así que dejamos nuestro propósito para mejor ocasión y sin mirar atrás, y sin excesivas contemplaciones, nos adentramos en los misterios procelosos de la barra del primer bar.

jueves, 12 de marzo de 2015

Un paseo por el final del invierno

    Valdeteja (León)

El invierno, a veces, afloja su abrazo y entonces se abren las nubes, se filtra la luz y la vida, titubeante, sale al jardín de la tierra para ver el paso del tiempo en la evidente mutabilidad del deshielo, en la carrera vertiginosa de los arroyos, en las gotas de agua que golpean despacio sobre los pequeños y tímidos brotes de los árboles. También en la charla demorada lejos de la modernidad y del futuro. En un presente que nos invita a disfrutar del inmenso placer de estar vivos. 

martes, 10 de marzo de 2015

Pueblos V

    La Mata de la Bérbula (León)

domingo, 8 de marzo de 2015

Una ventana

Sucedieron varias cosas este fin de semana: 
-Trasnochamos el viernes hasta la madrugada del sábado buscando en una camilla frente a nosotros las inexplicables razones de un "globo" inexplicable.
-Comprobamos los estragos del invierno en las casas derrotadas de un pueblo al que casi no se le escuchan ya sus últimos estertores.
-Nos asomamos a una pequeña ventana imaginaria desde la que, si lo deseas, se ve la primavera.
-Un gaitero sin saludos esparce música por la aldea  y un inglés del otro lado del océano regresa como un pájaro detrás de la tormenta.
-Y hablando de pájaros. Veo a un camachuelo a la orilla de la carretera mientras vuelvo de León, y un reyezuelo posa para nosotros bajo la Collada.
-También con ésta le hago mil entradas a esta nube. Y digo yo, que habrá que seguir. 

jueves, 5 de marzo de 2015

lunes, 2 de marzo de 2015

Poesía Política

LOS ENDEUDADOS

Ahí se ven los pies de los endeudados
cubren la calle
parados con sus papeles
y sigue atrás la Cordillera, pasan nubes
y los endeudados están siempre allí.

Sus deudas crecen como árboles
que nadie riega. Sobre las escalas del Metro S.A.
ojos mustios / caras amargadas.

Los endeudados sueñan con grandes sumas
que llegan a la mesa del dinero
los avisos por teléfono cada mañana, cada noche que vayan a pagar que
vayan a pagar los hijos de puta.

Los endeudados se encierran en sí mismos y fuman.
No son prisioneros sino de una Of. de Cobranzas
y si llegaran a morir por muerte no natural pierden el derecho
a desgravamen. Ahora si escapan a otro país
la deuda pasará a sus propios hijos.

El endeudado vive la vida pensando Cómo poder
cubrir la próxima cuota
y vuelve a pedir otro préstamo.
Y vuelve a endeudarse el endeudado.


José Ángel Cuevas
Maquinaria Chile y otras escenas de poesía política.
LOM Ediciones

domingo, 1 de marzo de 2015